volver al inicio

 

Ver Tambien Polémica con el grupo NOR de Argentina frente a la revolución boliviana de 2005

 

 

Carta de la LOI-CI de Argentina a Ricardo, dirigente de la CSR-Topo Obrero de Venezuela

Nuevamente sobre la cuestión de la espontaneidad y la conciencia de las masas al calor de la revolución en el Norte de África y Medio Oriente

02/10/12

 

Compañero Ricardo:

1. Ya está publicada en nuestra página web la nueva declaración de la FLTI del 1/10/12 “Arden las embajadas yanquis de las potencias imperialistas en el Norte de África y Medio Oriente… Hay que retomar el grito de guerra de la clase obrera norteamericana y mundial en los ‘70 en su apoyo a Vietnam: ¡YANQUIS GO HOME!”.

2. También hemos recibido su nota del 24/9 con sus aportes al documento “Ante la provocación del imperialismo yanqui: ¡Viva las nuevas sublevaciones revolucionarias de las masas del Norte de África y Medio Oriente por el pan y contra el imperialismo!” Coincidimos en que el documento de conjunto es un arma “correcta” para el combate contra las enormes traiciones de las direcciones del proletariado a nivel internacional.
Sin embargo  en su nota también nos plantea que: “pero en el camino de defender lo correcto, se puede estar cayendo en el documento en una sobreexaltación y sobrevaloración de lo valioso de la espontaneidad de estas acciones de las masas”.
Lejos del espontaneísmo objetivista, somos conscientes que las acciones de las masas son una condición necesaria, decisiva, pero no suficiente. Por eso destacamos lo que Trotsky plantea en Bolchevismo y estalinismo, en agosto de 1937 contra todo subjetivismo histórico: “Sin embargo, el bolchevismo es sólo una tendencia política, estrechamente fusionada con la clase obrera, mas no idéntica a la misma. (...) Sea como fuere, el bolchevismo jamás se identificó con la Revolución de Octubre, ni con el estado surgido de ésta. El bolchevismo siempre se consideró un factor de la historia, el factor “consciente”, importante pero de ninguna manera el decisivo. Jamás caímos en el pecado del subjetivismo histórico. Para nosotros, el factor decisivo - sobre la base de las fuerzas productivas existentes- era la lucha de clases, no a escala nacional, sino internacional”.
Intentaremos demostrar que lejos del espontaneísmo, nuestra corriente defiende el programa fundacional de la IV Internacional.

3. Compañero Ricardo, en lo fundamental, el matiz que aparece en esta discusión sobre espontaneísmo es el significado de la crisis de dirección. Esta es la discusión a profundizar con ustedes, porque la crisis de dirección del proletariado no es la ausencia de una dirección revolucionaria, sino la sobreabundancia de direcciones traidoras, y en este sentido no es una interpretación nuestra sino tal cual plantea el programa de transición, con Trotsky en 1938 fundando la IV Internacional.

Es que la crisis de dirección revolucionaria, que desde luego contempla la inexistencia de un partido revolucionario mundial para dirigir a millones de explotados, no quiere decir que esto signifique un vacío, significa que el proletariado y las masas explotadas tienen al frente de sus organizaciones de lucha una sobreabundacia de direcciones traidoras, ya sean socialdemócratas, stalinistas, anarquistas, burocracias sindicales, renegados del trotskismo, etc., que están al servicio de la clase enemiga, compradas por esta, y que es una necesidad central derrotarlas.
Veamos: el Programa de Transición, en primer lugar define “las premisas objetivas de la revolución socialista” afirmando que “Las charlatanerías de toda especie según las cuales las condiciones históricas no estarían todavía ‘maduras’ para el socialismo no son sino el producto de la ignorancia o de un engaño consciente. Las condiciones objetivas para la revolución proletaria no sólo están maduras sino que han comenzado a descomponerse. Sin revolución socialista en un próximo período histórico, la civilización humana está bajo amenaza de ser arrasada por una catástrofe”. Y remata planteando que “Todo depende del proletariado, es decir, de su vanguardia revolucionaria. La crisis histórica de la humanidad se reduce a la crisis de la dirección revolucionaria”.

Es por ello que en el programa de transición se plantea que “El principal obstáculo en el camino de la transformación de la situación pre-revolucionaria en revolucionaria consiste en el carácter oportunista de la dirección proletaria, su cobardía pequeño-burguesa ante la gran burguesía y la traidora conexión que mantiene con ella en su agonía. En todos los países, el proletariado está preso de una profunda angustia”. Así se comprende que ahora “todo depende del proletariado”, o sea, de lo que haga” su vanguardia revolucionaria. ¿Y cuál es entonces la tarea fundamental que tiene que emprender? ¡Derrotar a las direcciones traidoras!

En el capitulo de “El proletariado y sus direcciones”, desarrolla un balance sobre la revolución en España; en Francia; sobre la oleada de huelgas de EEUU del ‘34 al ’37; del paso definitivo de IC del lado del orden burgués y “su papel cínicamente contra-revolucionario en el mundo entero, particularmente en España, Francia, Estados Unidos y en los otros países “democráticos”, ha creado extraordinarias dificultades suplementarias al proletariado mundial. Bajo el signo de la revolución de octubre, la política conservadora de los “Frentes Populares” conduce a la clase obrera a la impotencia y abre el camino al fascismo”. Y esto para explicar por qué los explotados no pudieron tomar el poder. Bajo ningún aspecto plantean como causa que “faltó el partido revolucionario”. Por el contrario, Lo que está remarcando es que “Las masas, por millones, están entrando en la vía de la revolución. Pero una y otra vez se ven bloqueadas por sus propios aparatos burocráticos”.
En el ejemplo del proletariado español aclara que “ha hecho desde abril de 1931 una serie de tentativas heroicas para tomar en sus manos el poder y la dirección de los destinos de la sociedad. No obstante, sus propios partidos (socialdemócratas, stalinistas, anarquistas y POUM), cada cual a su manera han actuado a modo de freno y han preparado así el triunfo de Franco”. ¡Socialdemócratas, stalinistas, anarquistas, poumistas! Y luego también señala a los “sindicalistas”, la dirección de la CIO en Estados Unidos.
Así en el capítulo “La URSS y las tareas de la época de transición” se desarrolla el programa de la revolución política para barrer a la burocracia stalinista. “Es imposible realizar este programa sin el derrocamiento de la burocracia que se mantiene por la violencia y la falsificación. Sólo el levantamiento revolucionario victorioso de las masas oprimidas puede regenerar el régimen soviético y asegurar la marcha adelante hacia el socialismo. Sólo el partido de la IV Internacional es capaz de dirigir a las masas soviéticas a la insurrección. ¡Abajo la camarilla bonapartista del Caín-Stalin! ¡Viva la democracia soviética! ¡Viva la revolución socialista internacional!”
Y en esta tarea central del combate por derrotar a las direcciones traidoras en el capitulo “Contra el oportunismo y el revisionismo sin principios”  categóricamente proclama que … “La IV Internacional declara una guerra implacable a las burocracias de la II y de la III Internacionales, de la Internacional de Amsterdam y de la Internacional anarcosindicalista, lo mismo que a sus satélites centristas; al reformismo sin reformas, al democratismo aliado a la G.P.U., al pacifismo sin paz, al anarquismo al servicio de la burguesía, a los "revolucionarios" que temen mortalmente a la revolución. Todas estas organizaciones no son promesas del porvenir sino supervivencias podridas del pasado. La época de las guerras y de las revoluciones no dejará ni rastros de ellas”.
Y nuestro programa de transición no se olvida del combate también contra el sectarismo: “No obstante, también en nuestras propias filas se encuentran tendencias que ejercen una influencia funesta sobre el trabajo de algunas secciones. Es algo que no debe tolerarse un solo días más. La condición fundamental para pertenecer a la IV Internacional es una política justa respecto de los sindicatos. El que no busca ni encuentra el camino del movimiento de masas no es combatiente sino un peso muerto para el partido. Un programa no se crea para las redacciones, las salas de lectura o los centros de discusión, sino para la acción revolucionaria de millones de hombres. La premisa necesaria de los éxitos revolucionarios es la depuración de la IV Internacional del sectarismo y de los sectarios incorregibles”.
Así se plantea una “guerra implacable”a las direcciones traidoras. No es nuestra intención hacer abuso de citas, sino remarcar que para los fundadores de la IV Internacional la crisis de dirección revolucionaria no se trata de un “vacío”, ni se remite a la “falta del partido” en general, sino que significa también que hay una enorme sobreabundancia de direcciones traidoras!

 

Compañero Ricardo, los bolcheviques leninistas, conscientes de que la revolución española carecía de una dirección revolucionaria, pero donde centralmente existía una enorme sobreabundancia de direcciones traidoras, no levantaron la consigna de “por la construcción de una Internacional marxista revolucionaria con secciones nacionales insertadas en el tejido social revolucionario de cada uno de esos países.
Lejos de eso la política de los trotskistas fue volcar el cien por cien de sus fuerzas a derrotar a los stalinistas, socialdemócratas, anarquistas, poumistas, etc., levantando un programa para desarrollar el doble poder, con soviets y milicias, para expropiar a la burguesía y así derrotar al franquismo. Señalamos esto porque el peligro que vemos es que se desarrolle la concepción de que se puede poner en pie y construir un partido revolucionario de masas coexistiendo pacíficamente con las direcciones contrarrevolucionarias de las masas, es decir, conviviendo con ellas. Cuando la clave es, insistimos, plantear que hay que derrotar a las direcciones traidoras e inclusive a sus “satélites centristas”, que hoy se han desbarrancado al oportunismo abierto.
Es por eso que nos parece que nuestra orientación no tiene nada de espontaneísta. Todo lo contrario. Lo que el proletariado y las masas explotadas necesitan es sacarse de encima a las direcciones traidoras para desarrollar la enorme potencialidad de su espontaneidad, para con sus acciones quebrar la resistencia de la burguesía y demoler la ciudadela del poder.
Es que para conquistar el poder el proletariado necesita constituir una alianza con las demás clases explotadas. Y esto solo se puede conquistar en un combate “irreconciliable” contra todas las direcciones que son correa de trasmisión de la burguesía al interior de nuestra clase. Por eso en la tesis 3 de la Revolución Permanente se plantea que “El problema agrario, y con él el problema nacional, asignan a los campesinos, que constituyen la mayoría aplastante de la población de los países atrasados, un puesto excepcional en la revolución democrática. Sin la alianza del proletariado con los campesinos, los fines de la revolución democrática no sólo no pueden realizarse, sino que ni siquiera cabe plantearlos seriamente. Sin embargo, la alianza de estas dos clases no es factible más que luchando irreconciliablemente contra la influencia de la burguesía liberal-nacional”. (Negritas nuestras)

Y es en este sentido que el que no combate irreconciliablemente por derrotar a las direcciones traidoras está condenado a fracasar por establecer la alianza revolucionaria para aplastar a la burguesía y tomar el poder. Y esta es la tarea que ha quedado en manos de los que combatimos por poner en pie el partido de la revolución socialista mundial, refundando la IV Internacional. Es que solo desde esta ubicación nos podremos aproximar a fusionarnos con la vanguardia proletaria, para conquistar la alianza revolucionaria, tal como se plantea en la tesis 4 de la Revolución Permanente, “Sean las que fueren las primeras etapas episódicas de la revolución en los distintos países, la realización de la alianza revolucionaria del proletariado con las masas campesinas sólo es concebible bajo la dirección política de la vanguardia proletaria organizada en Partido Comunista. Esto significa, a su vez, que la revolución democrática sólo puede triunfar por medio de la dictadura del proletariado, apoyada en la alianza con los campesinos y encaminada en primer término a realizar objetivos de la revolución democrática”. (Negritas nuestras)

La tragedia es que –hoy por ejemplo- las direcciones traidoras del proletariado envían condolencias a Obama o bien les dicen que tengan cuidado con hacer acciones “ultraizquierdistas” que no lleguen tan lejos como han llegado. Pero para que estas revueltas y oleadas espontaneas antiimperialistas de las masas den nuevos pasos hacia adelante, subiendo nuevos peldaños hay que derrotar a las direcciones oportunistas que le atan las manos a las masas para impedirles que desenvuelvan y desarrollen toda su espontaneidad, en una nueva ofensiva revolucionaria, que tendrá que expropiar sin pago a todas las transnacionales imperialistas y a las burguesías nativas lacayas.
Por ello en la cadena de revoluciones del Magreb y Medio Oriente el eje ordenador de la política y el programa debe ser el combate por poner en pie y centralizar los organismos preparatorios de la toma del poder por el proletariado –soviets- y por conquistar el armamento de las masas. Este ha sido y es el eje de la estrategia y el programa de nuestra corriente frente a la revolución en Túnez, Egipto, Libia, Siria, etc., repetido y explicado en decenas de artículos y publicaciones.
Porque los soviets y el armamento de las masas –por los que los revolucionarios estamos obligados a luchar y a llamar a constituir cuando comienza una situación pre-revolucionaria o revolucionaria- son precisamente para organizar la insurrección, para dividir al ejército, ganarse a los soldados, destruir a su casta de oficiales, demoler todas las instituciones del estado, del régimen y del gobierno burgués, como vimos a las masas actuar en Libia, llegando inclusive a ajusticiar al genocida Kadafy.
Es que cuanto más lejos lleguen las masas en destruir las instituciones del poder burgués y en constituir sus propios organismos de poder obrero y campesino, más cerca estaremos de que surja el partido revolucionario capaz de organizar la insurrección como arte. Porque luchando por los soviets y combatiendo en los mismos contra las direcciones traidoras, como parte de un combate internacional por la refundación de la IV Internacional, es donde puede ponerse en pie y madurar el partido revolucionario.

Y en este sentido remarcamos esta tesis que permite comprender la relación entre la clase, el partido y la dirección: “El proletariado sólo puede conquistar el poder por intermedio de su vanguardia. La necesidad del poder estatal es, de por sí, un producto del insuficiente nivel cultural y de la heterogeneidad de las masas. La vanguardia revolucionaria, organizada en partido, cristaliza las aspiraciones de libertad de las masas. Si la clase no confía en la vanguardia, si la clase no apoya a la vanguardia, ni siquiera puede hablarse de conquista del poder. En este sentido, la revolución y la dictadura proletarias son obra de la clase en su conjunto, pero sólo bajo la dirección de la vanguardia. Los soviets son sólo la forma organizada del vínculo entre la vanguardia y la clase. Sólo el partido puede darle a esta forma un contenido revolucionario, tal como lo demuestran la experiencia positiva de la Revolución de Octubre y la experiencia negativa de otros países (Alemania, Austria, ahora España). Nadie ha demostrado en la práctica, ni tratado de explicar en forma articulada sobre el papel, cómo el proletariado puede conquistar el poder sin la dirección política de un partido que sabe lo que quiere. (Bolchevismo y stalinismo; negritas nuestras)

Compañero Ricardo, los ejemplos aquí expuestos creemos que permiten señalar un aspecto central del Programa de Transición, que es que si el proletariado no ha triunfado es por el rol traidor de su dirección, por eso la tarea que debe asumir la vanguardia proletaria es combatir contra estas direcciones oportunistas y su política contrarrevolucionaria.
Del programa de transición –bajo ningún aspecto- se puede inferir que la crisis de dirección es la ausencia de un partido revolucionario. Por el contrario, lo que se señala sistemáticamente es la sobreabundancia de las direcciones traidoras, y derrotarlas es la tarea central. Por eso en el capítulo de “El gobierno obrero y campesino” se puede leer que La tarea central de la Cuarta Internacional consiste en liberar al proletariado de la vieja dirección, cuyo espíritu conservador está en completa contradicción con la situación catastrófica del capitalismo en su decadencia y es el principal freno del progreso histórico. La acusación capital que la IV Internacional lanza contra las organizaciones tradicionales del proletariado es la de que ellas no quieren separarse del semicadáver político de la burguesía”. (Negritas nuestras)

De esta forma podemos afirmar entonces que la crisis de dirección del proletariado solo puede ser resuelta por la IV Internacional, expresado cuando se señala que: “La orientación de las masas está determinada, por un lado, por las condiciones objetivas del capitalismo en descomposición, y por otro, por la política de traición de las viejas organizaciones obreras. De estos dos factores el factor decisivo, es, por supuesto, el primero; las leyes de la historia son más poderosas que los aparatos burocráticos. (…) Cada vez en mayor escala, sus esfuerzos desesperados para detener la rueda de la historia demostrarán a las masas que la crisis de la dirección del proletariado, que se ha transformado en la crisis de la civilización humana, sólo puede ser resuelta por la IV Internacional”. (Negritas nuestras)

Es decir la IV le declara la guerra a todas las direcciones que conducen al proletariado a la derrota y por ello claramente reafirma que “La Cuarta Internacional goza ya desde ahora del justo odio de los stalinistas, de los socialdemócratas, de las liberales burgueses y de los fascistas. No tiene ni puede tener lugar alguno en ningún frente popular. Combate irreductiblemente a todos los grupos políticos ligados a la burguesía. Su misión consiste en aniquilar la dominación del capital, su objetivo es el socialismo. Su método, la revolución proletaria”.

Por eso desde la FLTI intervenimos activamente en el combate contra las direcciones traidoras, porque solamente derrotándolas a nivel internacional, es que se podrá poner en pie una dirección revolucionaria del proletariado internacional en el Magreb y Medio Oriente, por citar el ejemplo donde intervenimos directamente.  Y en esto, compañero, por el momento no nos hemos puesto de acuerdo.

4. Por eso mismo compañero queremos plantearle que desde la FLTI no sobrevaloramos lo valioso de la espontaneidad de estas acciones de las masas, sino, que por el contrario sobrevaloramos lo siniestro de las acciones de las direcciones traidoras que son las que le ponen todo tipo de límites a las acciones de las masas.
Hoy los límites que tienen las masas revolucionarias en el Magreb y Medio Oriente en su lucha revolucionaria contra el imperialismo, es claramente el que le imponen las direcciones traidoras, que están impidiendo que intervenga la clase obrera en el corazón de las potencias imperialistas, justamente en el momento en que arden sus embajadas en el mundo semicolonial, es decir, los cuarteles de los imperialistas; cuando se dan así las mejores condiciones para que entren al combate la clase obrera norteamericana, europea y japonesa.
Entonces las direcciones traidoras de conjunto y los renegados del trotskismo en particular, son el verdadero freno para que las masas no avancen en su combate para derrotar al imperialismo y a las burguesías lacayas.

5. Ante esto nos preguntamos ¿cómo plantearle a nuestra corriente que puede llegar a sobrevalorar la espontaneidad de las masas, si es la única corriente que organizó una fuerza que interviene en el terreno vivo de los acontecimientos, con el Comité de Obreros Voluntarios Internacionalistas, con objetivo de colaborar en resolver precisamente la crisis de dirección revolucionaria del proletariado?
Y ¿cómo decirle a esta corriente que tiende al espontaneísmo cuando es la única corriente que interviene para poner en pie un partido revolucionario en Siria y en Libia, y que lanzó un llamado internacional, porque esta tarea es de todas las fuerzas sanas del trotskismo y de las organizaciones obreras revolucionarias del planeta? Y ante este llamamiento nos quedamos solos.
Más aún ¿Cómo decirle a una corriente así y que está dando esta pelea, que corre el peligro de sobrevalorar las acciones espontáneas de las masas, cuando es desde la FLTI que impulsamos el llamado y pusimos todas nuestras pequeñas fuerzas para poner en pie al Comité Internacional en solidaridad con Libia primero y con las masas Sirias después? Y nuevamente ante este llamado nos quedamos solos, donde más allá de los pronunciamientos, lo máximo que conquistamos fue en el terreno de la unidad de acción para la propaganda, lamentablemente no se tradujo no solo en aportes materiales sino tampoco quien nos acompañe físicamente en el terreno de los acontecimientos, con más fuerza material organizada.

6. Es por eso que planteamos que en Latinoamérica hay que poner de pie a la clase obrera para romper con los bolivarianos y su estafa a la revolución socialista. Y el combate por independizar a la clase obrera en Bolivia, en Venezuela, en Argentina, etc., etc., de los gobiernos bolivarianos, es para combatir como en Libia y en Siria. Y es por ello también que insistimos que es de vida o muerte dar la pelea y poner en pie un Comité Internacional para reagrupar las fuerzas del trotskismo principista, e impedir que la clase obrera norteamericana siga atada un día más por las direcciones traidoras que tiene a su frente al asesino de Obama y al régimen de los ‘republicratas’. Este es el programa para enfrentar a los reformistas de todo pelaje en cada país, porque solo así nos acercaremos a sublevar realmente a la clase obrera de los países del mundo y construir con la clase obrera y la juventud una senda que marque el camino a la victoria.

Es por eso que les hemos señalado que un verdadero programa internacionalista en Venezuela debe respaldar al combate de las masas de Siria masacradas, llamando a enfrentar y derrotar al gobierno de Chávez y al régimen bolivariano que abastece de petróleo al régimen fascista de Al Assad ¡Ni una gota de petróleo para el asesino Al Assad a cuenta del imperialismo! ¡De pie junto a la revolución siria y de todo el norte de África y Medio Oriente! Ya que la alternativa para el proletariado y los explotados de Venezuela está clara: ¡O Revolución Socialista o Contrarrevolución Bolivariana! ¡O con la revolución socialista y la clase obrera mundial o sosteniendo al régimen bolivariano matando obreros en Libia y Siria! ¡O con la revolución socialista o con la “revolución bolivariana” que mata y encarcela obreros y campesinos en Bolivia, Paraguay, Venezuela, Nicaragua, Brasil y Argentina! Esta es la herramienta para demostrar sistemáticamente que los renegados del trotskismo en general y a la UIT; LIT; CMR; CMI; etc., son enemigos de una estrategia proletaria independiente. Y creemos que esta es la debilidad del combate de El Topo Obrero para derrotar a las direcciones traidoras y liberar a la vanguardia proletaria y al conjunto de los explotados de todo el veneno con el que los han inoculado.
Es necesario combatir a los sostenedores de Al-Assad en el continente americano y para ello debemos preparar el terreno para que la clase irrumpa en la escena política por el camino de las masas del Norte de África y Medio Oriente. Eso significa combatir contra todos los sostenedores del régimen bolivariano: Con la constitución bolivariana se mata obreros, se tienen las reservas de Venezuela en el City Bank, se aplasta la revolución latinoamericana, se apoya a los asesinos de la clase obrera en Siria y Libia.
¡Abajo el ALBA y el Unasur! ¡Abajo el Mercosur y el TLC de las transnacionales! ¡Abajo la restauración capitalista! ¡La clase obrera venezolana y de todo el continente debe derrotar la restauración capitalista! ¡Por una nueva revolución socialista en Cuba, para aplastar la contrarrevolución restauracionista y poner nuevamente a Cuba como punta de lanza de la revolución latinoamericana y mundial! ¡Por los Estados Unidos socialistas de América!
Hay que terminar de desenmascarar a quienes diciendo hablar en nombre de la clase obrera y de la revolución socialista, impulsan la colaboración de clases, mancillando las banderas de la IV Internacional.

7. Por adjunto le enviamos una polémica con el NOR argentino (Núcleo Obrero Revolucionario) uno de los tantos grupos morenistas renegados del Trotskismo. Polémica realizada al calor de la revolución boliviana y publicada originalmente en noviembre de 2005 y también el Tomo II del libro “Bolivia una Revolución Traicionada”. Sabemos con certeza que usted compañero y El Topo Obrero no tienen las mismas posiciones que este pequeño grupo.
Sin embargo creemos que dicho texto es muy valioso ya que encierra nuestras principales elaboraciones alrededor de “El Marxismo y la Insurrección”, en lucha política contra quienes nos señalaban como una corriente “espontaneísta” y “ultraobjetivista”, y donde damos una respuesta al “normativismo subjetivista” de los morenistas. Es que para el NOR no se podía plantear un programa para la insurrección en la revolución boliviana porque “no existía el partido revolucionario” que pueda organizar la “insurrección como arte”. Y por lo tanto nos acusaban de ser “irresponsables” y “aventureros”. Es que para ellos el partido es “todo” y las acciones de las masas son “nada”.
En esta lucha política contra los revisionistas del marxismo revolucionario desarrollamos la concepción marxista sobre la relación entre la espontaneidad, conciencia y organización, que desde ya nos parece un buen aporte al debate que está establecido.


Walter Torres, Chivi y Miguel, por el Comité Nacional de la LOI-CI


PD:
El SEP es el Partido de la Igualdad Socialista. Su página en español es http://www.wsws.org/es. Son una secta autoproclamatoria que definen a su reagrupamiento, el “Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI)”, como “el liderazgo del movimiento socialista mundial”. Este grupo viene de quienes no entraron en la reunificación oportunista de 1963.

 

| contactenos